La población estuvo vinculada con Alicante desde que, en el año 1252, el rey Alfonso X el Sabio la incluyera en su término, cuando dicha ciudad pertenecía al Reino de Castilla. Posteriormente, en 1298, pasa a formar parte del Reino de Valencia y, durante el reinado de los Reyes Católicos, pasó a ser propiedad de Alfonso Martínez de Vera, lugarteniente del Baile General de Alicante, estando el pueblo en manos de sus descendientes durante el resto de la Edad Moderna. Busot se independizó definitivamente de la ciudad de Alicante en 1773.
Aunque se han encontrado restos de cerámica de la Edad de Bronce, el Castillo de Busot es de origen musulmán y existe poca documentación acerca de su historia. Se estima que se edificó al mismo tiempo que la medina de Bisant, durante la ocupación árabe de estas tierras alicantinas. Posiblemente, tras la reconquista de los cristianos, el castillo fue rodeado por una muralla y, al pie de éste montículo, unas casitas con los primeros pobladores se fueron extendiendo y formaron las primeras calles.
Ya entrado el siglo XIII, frente al castillo había otro montículo, que recibió el nombre de Calvario, y que también con el tiempo fue rodeado de casas. Al pie de estos dos montículos había pequeños yacimientos de agua, lo que facilitaba la permanencia en estos lugares.
Busot se definió en el Pacto de Alzmizrá (hoy Campo de Mirra) por Jaume I y Alfonso X el Sabio, cuando marcaron la división de sus tierras, tierras que pasaban por el Cabeço d’Or en dirección al Barranco de Aigües.
La iglesia fue construida antes de 1596, en dos o tres fases distintas, e intervinieron varios arquitectos. En 1816 sufrió un incendio y fue restaurada la bóveda central. Por último, se hizo la nave lateral derecha y la capilla de la comunión, neocláscia. En lo alto, había un órgano que fue instalado por Fermín Usarralde.
Sin embargo, la población ha crecido a gran velocidad desde principios de los años 90, alcanzando los 1717 habitantes en 1996 y los 2.643 en el 2006. El principal motor de este rápido crecimiento ha sido el asentamiento de ciudadanos de diversos países de Europa Occidental, dispersos por urbanizaciones a lo largo del término, en las que también se han instalado un buen número de alicantinos.
El 34,7% de la población censada en el año 2005 era de nacionalidad extranjera, el 91% de ellos provenientes de otros países de la Unión Europea.